En el deporte de alto rendimiento, a niveles de competición profesional, se estudian los fenómenos de inseguridad y falta de confianza que algunos equipos se autogeneran al enfrentarse a rivales con los que han caído derrotados en varias ocasiones, conjuntos a los que nunca has sido capaz de doblegar.
Esos equipos captan esa sensación y la aprovechan para derrotar en lo anímico. Nuestros chicos seguramente no vivan esa situación de la forma en que la sienten los mayores pero, a su manera, asimilan que algunos muros parecen infranqueables.