Primera victoria de los cadetes masculinos del Juande que arrollaron a Pozuelo B
Escrito por Laura Vazquez
Este domingo, los cadetes del Juande volvieron a las pistas. Es extraño, porque se han convertido en cadetes sin finalizar su etapa infantil que quedó diluida por una pandemia mundial. Tristemente no se trata del guion de una película, por muy increíble que pueda parecer. Estamos viviendo días, meses que nunca antes imaginamos y regresar el domingo a las pistas supuso para los chicos una inyección de ilusión que llenó sus estómagos de mariposas; tenían nervios de debutantes pero disfrutaron, disfrutamos a pesar de tener que animar y aplaudir en la distancia, cada uno desde nuestras casas.
¡Qué bien jugaron! Cinco minutos les costó conectar con la pista y despegar, pero el resultado fue incontestable: 85 – 26. Estar tantos meses sin jugar no les ha hecho perder ni un ápice de su intensidad defensiva, que ahoga a los rivales, y que hizo que los pozueleños solo fueran capaces de hilar un puñado de jugadas para anotar.
Han entrenado duro, son un grupo sólido y el domingo lo demostraron. Fue un partido emocionante a pesar de que la ventaja ya tranquilizaba a mitad del primer cuarto, y digo emocionante porque volver a ver las ganas de Abraham, el acierto de Óscar, la técnica de Miguel, la constancia de Alex, la valentía de Edu, la velocidad de Guille, la potencia de Dani, la plasticidad de Jorge (bienvenido de nuevo), el esfuerzo de Diego, el empeño de Marcos y la destreza de Mauro, fue realmente un triunfo. Ojalá puedan seguir y finalizar esta atípica competición que les ha tocado disputar.
El domingo regresan a las pistas, en esta ocasión contra Distrito Olímpico, un rival ya conocido y esperemos que ya podamos contar con Mateo para volver a estar al completo.
Tienen ganas, son conscientes de que arrancar desde bronce supone no poder fallar y van a por todas. Salir “a morder” en cada partido va a ser la única forma de ascender a plata y competir.
Les seguiremos y les haremos llegar nuestro aliento desde los sofás de casa, desde los parking de los pabellones, desde donde haga falta, pero debemos apoyarles para no permitir que se pierda la magia del basket aún en tiempos complicados. Nuestros chicos son capaces de lo que se propongan y lo han demostrado, y estamos seguros de que los coaches marcarán un ritmo de entrenamiento a la altura de las circunstancias. ¡Vamos Juande!